Cuando vamos al supermercado (o cualquier otra tienda) generalmente nos bombardean con distintas ofertas para que compremos lo máximo posible. Suelen ofrecernos descuentos en el supermercado pero, ¿sabes cuánto ahorras realmente?
Hacer la compra es una de las actividades más habituales de las que llevamos a cabo y en las que más dinero solemos gastar. Los comercios tratan de engancharnos con descuentos, y la variedad de descuentos ofertados es bastante amplia. Tenemos descuentos en el supermercado de los siguientes tipos: 2×1, 3×2, 4×3, segunda unidad al 20%, 50% o 70%… Cuando uno ve esto piensa que se va a ahorrar bastante dinero pero en muchos casos esto no tiene por qué ser del todo cierto.

Contenido del artículo
¿Cómo funcionan los descuentos?
Antes de pasar a analizar y a explicar los diferentes tipos de descuentos que nos podemos encontrar en el supermercado, es fundamental entender cómo funcionan y el objetivo que tienen los descuentos.
El objetivo principal de cualquier comercio cuando aplica un descuento o una oferta es que dejes más dinero en sus arcas, así de simple. Aparentemente sencillo pero ¿por qué quieren que compres más? Es ahí donde está la clave de los descuentos en el supermercado.
Aumentar la rotación de los productos en stock: Los supermercados se caracterizan por ser distribuidores de productos que, en su mayoría, son perecederos. Es decir, desde el momento que están en sus estanterías están perdiendo valor y corren el riesgo de que superen la fecha de caducidad. Eso significaría que no podrían continuar distribuyéndolos y no podrían ingresar dinero por ellos. Lo cual se traduce en pérdidas para el establecimiento.
Aumentar el valor del ticket medio: Como hemos dicho antes, los descuentos en el supermercado tienen como objetivo principal que gastes más dinero. Es verdad que cuando aprovechamos una oferta, algo vamos a ahorrar. Pero, a su vez, vamos a gastar más. Ya sea porque pagamos una parte de la segunda unidad, o porque nos queda más dinero disponible para seguir consumiendo: «ya que las patatas fritas están baratas voy a comprar más cervezas».
Ya sabemos cuáles son los dos objetivos de los comercios cuando hacen ofertas. Entonces nos preguntamos ¿Cómo se hacen los descuentos en el supermercado? Pues sencillamente, tienen en cuenta los dos factores que necesitan y juegan con ellos. Necesitan por un lado vender cuantos más productos mejor (más unidades) y por otra parte que aumente el ticket medio. Y eso lo consiguen fomentando que te lleves más unidades de un producto en tu cesta de la compra y/o que tengas más dinero disponible para que adquieras más unidades de diferentes productos.
¿A quiénes se dirigen los descuentos?
Una vez hechos los descuentos en el supermercado, el siguiente paso es pensar a qué perfil de cliente se dirigen dichos descuentos. La respuesta es sencilla, a quien más necesidad de comprar tiene. Los descuentos no están hechos para quien más capacidad de consumo tiene, sino para quien más necesita consumir.
Fundamentalmente, debido a que los productos son perecederos, las ofertas suelen funcionar por volumen: a más unidades de compra mayor descuento. Es fácil concluir que los descuentos en el supermercado están pensados para familias amplias y con suficiente espacio de almacenaje para poder comprar cantidades grandes.
Parece un detalle menor, pero una pareja joven que vive de alquiler en un apartamento de dos habitaciones y con cocina americana, no va a tener fácil aprovechar un 4×3 en paquetes de 32 rollos de papel higiénico sin tener que salirse ellos de su casa, o no serán capaces de consumir las unidades suficientes antes de que caduquen. En cambio una familia de 4 personas que vive en una casa en las afueras tendrá bastantes más posibilidades de llegar a aprovechar bien una oferta de 4×3.
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¿Cuánto ahorras con cada descuento?
A continuación te lo explicamos:
2×1
Esta oferta consiste en que pagas una unidad y te llevas otra gratis en tu compra. ¿Qué significa esto? Que te estás llevando las dos unidades con un 50% de descuento cada una.
3×2
En esta oferta te llevas 3 unidades y pagas 2, es decir, te llevas una gratis. ¿Qué descuento estoy teniendo realmente? Un 33% en cada unidad que te llevas de las 3.
4×3
Otro clásico de los supermercados, pagas 3 unidades y te llevas 4. ¿Con qué descuento te sale cada unidad? Estás pagando cada unidad de las 4 con un 25% cada una sobre el precio original.
Segunda unidad al 20%
Estas ofertas ya son más complicadas de saber realmente qué descuento te estás llevando en realidad. En este caso te llevas la primera unidad a su precio original y la segunda al 80% de su precio. ¿Qué descuento estás consiguiendo realmente? Un 10% en cada unidad que te llevas de las 2.
Segunda unidad al 50%
En este caso te llevas la primera unidad a su precio original y la segunda al 50% de su precio. Esto significa realmente que te llevas las dos unidades cada una con un 25% de descuento sobre su precio original.
Segunda unidad al 70%
Esta oferta y la anterior parecen especialmente tentadoras… ¡un 70% de descuento! Pero no es un 70% de descuento sobre ambas unidades, sino únicamente sobre la segunda. ¿En qué se queda entonces? Te estarás llevando cada una de las dos unidades con un 35% de descuento cada una.
¿En qué productos pueden ser más interesantes los descuentos?
Particularmente los descuentos en el supermercado más interesantes son aquellos que aplican productos no perecederos. Tanto comida como productos de droguería, limpieza, etc. en definitiva, todo aquello que no vaya a caducar en el corto plazo.
También puede ser interesante si en comida fresca tienes la opción de gastarlo sin que se te estropee o si puedes congelarla.

Conclusión
Como has podido leer en líneas anteriores, no todas las ofertas que nos presentan en el supermercado son tan buenas. Hay que pararse a pensar un momento fríamente y ver qué descuento te estás llevando realmente cuando seleccionas ese producto que está en oferta.
Psicológicamente, no es lo mismo ver una oferta que te dice 25% de descuento en cada unidad si te llevas dos, que otra que te oferta la segunda unidad al 50%. ¡Y ambas realmente son lo mismo!
Analiza si realmente necesitas ese producto y si no te estás pensando comprarlo únicamente porque está en oferta. Y analiza si, por tus características vas a ser capaz de consumirlo antes de que perezca en tu nevera. Esa es la diferencia entre ahorrar o tirar tu dinero directamente a la basura convertido en moho.
Teniendo en cuenta si realmente lo necesitas y sabiendo si la oferta que te presentan realmente merece la pena, puedes ahorrar mucho dinero en tu cesta de la compra durante todo el año.
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